Me rindo,
hoy el vinagre de su salmuera ha inundado las arterias,
huelo a muerte, la apetezco.
Clávame los negros cristales que me envuelven,
sin máscaras recibiré tus culpas.
Pero déjame con mi duelo, sin desprecios.
No sabes, no miras, no preguntas.
Y exiges y juzgas y eliminas.
¿Hablamos de lo honesto
o tengo el alma tan sucia
que si escupes en ella
quizá reluzca?
Reluzca digo,
dices.
Post data: Jamás escribiría esto, es basura; quizá no lo haya escrito, y este día no ha pasado.