jueves, 7 de marzo de 2013

lame la herida, liba el poco asunto que le quede






Me rindo, 
hoy el vinagre de su salmuera ha inundado las arterias, 
huelo a muerte, la apetezco.

Clávame los negros cristales que me envuelven, 
sin máscaras recibiré tus culpas.

Pero déjame con mi duelo, sin desprecios.
No sabes, no miras, no preguntas.
Y exiges y juzgas y eliminas.

¿Hablamos de lo honesto
o tengo el alma tan sucia
que si escupes en ella
quizá reluzca?

Reluzca digo,
dices.

Post data: Jamás escribiría esto, es basura; quizá no lo haya escrito, y este día no ha pasado.



2 comentarios:

  1. Me gusta leerte, cómo saber de ti. Disfruto leyéndote y sufro si en tu única forma de expresar tus sentires, sientes cómo estás sintiendo... Hay que saber sentirse hasta para decir que quieres parar el mundo. Como parar no lo vamos a parar, te hago un trato. Te acompaño las vueltas que queden ¿quieres?

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  2. ...Era una pregunta que no tuvo respuesta.
    Y es que te acompaño si tú quieres las vueltas que queden pero no dejes de sentir y expresar lo que sientes. No dejes de decir al mundo que hay otro mundo que se esconde dentro y debe salir.
    Cuenta...cuentame.
    No sólo le cuentes a Ella.
    A Ella le pedí que te ayudase y supe que yo debía hacer lo que estuviese en mis manos...
    En mis manos está el alargar el brazo un poco más si es necesario y acercar una, o las dos manos... Las tienes. Sabes que me gusta el plural de las conjugaciones verbales.

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