jueves, 7 de marzo de 2013

lame la herida, liba el poco asunto que le quede






Me rindo, 
hoy el vinagre de su salmuera ha inundado las arterias, 
huelo a muerte, la apetezco.

Clávame los negros cristales que me envuelven, 
sin máscaras recibiré tus culpas.

Pero déjame con mi duelo, sin desprecios.
No sabes, no miras, no preguntas.
Y exiges y juzgas y eliminas.

¿Hablamos de lo honesto
o tengo el alma tan sucia
que si escupes en ella
quizá reluzca?

Reluzca digo,
dices.

Post data: Jamás escribiría esto, es basura; quizá no lo haya escrito, y este día no ha pasado.