Ya nadie se detiene por estos lares. Qué yermos quedaron. Ya no me apetece escribir lo que pienso aunque me contradiga en esta entrada. Ya nada importa tanto. Vuelvo al niño que no pudo ser. Como un cuento inacabado. Me reconstruyo. Lo intento. Salgo a flote. Como niño ordeno mis pensamientos, con frases cortas y desconcierto. Vivan los que vivan; pues vivís, estáis vivos. Díganse, no importa tanto el contenido como el decirse; pues estamos. Agradezcan lo sencillo de cada gesto, cuando nos besa la frente el sol, nos roza el aire, atardecer, brota una hoja nueva en aquel peral olvidado; no teman la lluvia, dadle gracias por calarnos. Que sea toda la luz vuestros nombres, de luz vuestras sombras, sonrisas... Y besen, de verdad. Y cuenten, con quienes nos importan. Y sepan que hoy estamos pero quizá luego no; por eso vive, en paz, en luz, agradecidos, agraciados; en luz...
Hace días que dejé de creer en lo que llamamos: ser humano; por lo equivocado del nombre, del hombre...
Y me callo ya por hoy.
La vida me espera; me espera mi cuarto.
viernes, 30 de diciembre de 2016
miércoles, 2 de octubre de 2013
martes, 1 de octubre de 2013
PUES TE INVOCO
Os evito, no podéis haceros una idea de cómo os evito cruzando avenidas y paseos si intuyo vuestra sombra. Mira que es hermosa la sombra del pruno, sobre todo en flor, al caer la tarde; y hermoso el azafrán cuando amanece en lo profundo de la tierra, hermosa la arcilla, el arrebol, hasta el óxido sensato del recuerdo es hermoso. Bello y rojo como las cerezas, pero vuestro pelo... de rojo peligroso... Un ciento de hormiguillas recorrerán vuestras mejillas, -así está escrito desde el principio de los tiempos, cuando el Verbo-.
Os evito, extraños pelirrojos, seres cruzados por la gracia. Ay de mí si a vuestra llegada, -como relámpagos-, no hay presto un botón que preste seguridad y protección, casa. Ay de mí y de ti si, sin quererlo, no lo llevas, el botón digo, aparecen, créanme si aparecen, cruzados por la luz en continuo estarse quieto. Ellos saben de fanales, del cobre subterráneo que entinta lo profundo.
El dedo corazón y el pulgar, en secreto código que hoy os desvelo, - no es superstición, ni recuento absurdo, créanme-, se unen aprisionando, - a mayor presión, antes pasa el rayo-, el minúsculo botón de las esquinas. Y cuando camiseta, si hiciera falta, un secreto botón cosido a las entrañas.
Pero a ti yo te invoco, pelirrojo
entre pelirrojos. Y araño
con descaro, ojales que te traigan.
Demando tu sonrisa poblada de anaqueles,
que es luz y da sus frutos,
sin junios que la agosten.
Te invoco, tú lo sabes,
"terrible" y solidario te presentas.
La tarde sabe ya de mis manías
y presta va prestando
botones que te acerquen,
te traigan,
pues te invoco.
Miguel Ángel Jarquín ©
Os evito, extraños pelirrojos, seres cruzados por la gracia. Ay de mí si a vuestra llegada, -como relámpagos-, no hay presto un botón que preste seguridad y protección, casa. Ay de mí y de ti si, sin quererlo, no lo llevas, el botón digo, aparecen, créanme si aparecen, cruzados por la luz en continuo estarse quieto. Ellos saben de fanales, del cobre subterráneo que entinta lo profundo.
El dedo corazón y el pulgar, en secreto código que hoy os desvelo, - no es superstición, ni recuento absurdo, créanme-, se unen aprisionando, - a mayor presión, antes pasa el rayo-, el minúsculo botón de las esquinas. Y cuando camiseta, si hiciera falta, un secreto botón cosido a las entrañas.
Pero a ti yo te invoco, pelirrojo
entre pelirrojos. Y araño
con descaro, ojales que te traigan.
Demando tu sonrisa poblada de anaqueles,
que es luz y da sus frutos,
sin junios que la agosten.
Te invoco, tú lo sabes,
"terrible" y solidario te presentas.
La tarde sabe ya de mis manías
y presta va prestando
botones que te acerquen,
te traigan,
pues te invoco.
Miguel Ángel Jarquín ©
lunes, 30 de septiembre de 2013
ME SEA LEVE LA TIERRA
¿Cuántas veces recortó ese lienzo nuestras sombras almenándolas por sus piedras? Las mismas piedras que en sus mellas, tantas y tantas tardes llevó nuestras yemas, nuestros besos, como dos ciegos inventándonos las vendas. Y sin embargo, esta mañana, confiaba en que la gran venda cubriese la ciudad insomne, como siempre, pero no hubo bruma poniendo al Ebro en pie, tan solo un puñado de estorninos anidando los huecos de nuestra muralla.
¿Te acuerdas? Dijiste: “Un tiempo, por favor, un tiempo” – y se vino abajo la muralla, la tarde y mi persona. Podrían, ahora, llenar de paja el hueco de mis ojos, tú lo hiciste con mi pecho. “Un tiempo” - y el tiempo, se inclinó besando mis tobillos.
Paseo entre las ruinas; ramo de luto me hace cruzar los brazos. Y mi dolor parece que pusiera: Aquí yace lo que pudo ser y no ha sido. Ni los perros me encuentran. Me sea leve la tierra.
Siempre recordarás este jueves, Zaragoza, mi corazón dormido aguarda. ¡Quién lo recordara!
Miguel Ángel Jarquín Ruano ©
miércoles, 28 de agosto de 2013
y serás lo que yo soy...
Si tú eres lo que yo era
y serás lo que yo soy".
He paseado esta mañana por el cementerio que me vio crecer cada viernes de mi adolescencia. ¿Adolescencia viene de adolecer? De carecer de ella, digo. ¿o quizá venga de dolor? Como quiera que sea, que esta mañana me dolió cumplir años por los largos pasillos cuajados de siemprevivas. Qué extraños sonaron los pasos, qué ajena me fue la muerte esta mañana. Enmarañada melena, negra, que cubría todo, y todo era nada ya. Se llamaba María o Juana, no recuerdo, 41 años, ha cinco que nos dejó. Queda su hueco, no ya el hueco hermoso de sus ojos, sus huesos ahora un número que tropieza con el plástico que la cobija de la luna, las lunas insomnes del camposanto, bajo un sinfín de huesos más, nada, todo. Me dolieron los pasos de vuelta, como digo me pesaban, echaban raíces al paso, como si de repente quisiesen quedarse y sin embargo, tan ajenos a mí, eran los pasos que al paso salían. Del agua no potable que regalaba una fuente, sobre un cubo de plástico también, libaba una avispa. El sol quemaba y picaba,más que la del agua. Desmayadas iban una Virgencita chica de Fátima a la que le faltaba una mano, la izquierda, y una paloma a sus pies, también una estampa se curvaba, el escudo de un equipo de fútbol en un almanaque, qué bella palabra, de bolsillo, 1998. Qué yermos jardines, frente a los nichos, brotan igual gnomos, tortugas o pollitos que aloe vera o verdes yucas que en flor yacían. Más que nunca me pesaron los años, treinta van a ser, los pasos, la vuelta... Hasta el raso blanco, al aire, puede formar una estampa de sosiego...
jueves, 7 de marzo de 2013
lame la herida, liba el poco asunto que le quede
Me rindo,
hoy el vinagre de su salmuera ha inundado las arterias,
huelo a muerte, la apetezco.
Clávame los negros cristales que me envuelven,
sin máscaras recibiré tus culpas.
Pero déjame con mi duelo, sin desprecios.
No sabes, no miras, no preguntas.
Y exiges y juzgas y eliminas.
¿Hablamos de lo honesto
o tengo el alma tan sucia
que si escupes en ella
quizá reluzca?
Reluzca digo,
dices.
Post data: Jamás escribiría esto, es basura; quizá no lo haya escrito, y este día no ha pasado.
sábado, 9 de febrero de 2013
En mi cartera...
- Hoy es su día.
- Bendito sea este siervo de Dios.
- Humilde entre los humildes.
- Limosnero de la fe.
- Santo andaluz, junto a Santa Ángela de la Cruz, por antonomasia.
- Granada en sus ojos y por sus descalzos pies...
- Haz que en nosotros crezca y se multiplique la fe, como en tus alforjas crecía y se multiplicaba el amor.
- Tres Avemarías a su gloria.
- Con esta, nueve.
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