Grano a grano voy desgranando la granada del recuerdo. Una vez más como cuentas de un rosario, a la tarde. Tan roja en los dedos que es envidia a la sangre.
La ciudad cuando amanece me ofrece tanto que no quiero ni dormir y me excuso en insomnios preferidos.
Entre los mil tenderetes va la risa de la gente amarrada como un ramo de cebollas nuevas, vivarachas, entre tagarninas y ¡camarones viviiiitos! Me gusta ir a la Plaza, a la de Abastos, bien temprano, sobre todo en verano y pasear por entre los puestos. Los de flores, zapatos, ropa, pero más por los de pescado, fruta, verduras y mis preferidos, los de especias.
Y es ahí donde se abre un mundo ante mis ojos, me quedo absorto mirando los montones, grano a grano, como si el tiempo, las horas, apilasen el pimentón; y veo la pugna silenciosa entre el clavo y la canela; el amarillo ocre, casi oro, del de los morunos... Y misteriosa e invisiblemente hundo mi mano en la santa arena.
La vida es esto, tan sencilla como un grano, solo somos importantes en el conjunto, en nuestros seres, de nosotros depende a qué montón sumarse, qué aroma, pique o color desprender. Pero no lo olviden, siempre sonriendo, siempre, siempre, a granel... ©
Color, explosión de orgánicos seres; de granulometrías infinitas que esperan ser aglutinados en ricos aceites y resinas por sabias moletas de cristal sobre pórfidos, por manos de los muchachos aprendices. Aromas a lentisco, dammar y a clavo, sí...la pigmentaria de la sangre, el caroteno de la vida...
ResponderEliminarCuánta sabiduría en tus palabras, querida amiga, y cuan poéticas son éstas. Granulometría, moleta, pórfido... un millón de gracias, no cambies nunca
Eliminarme encanta, como todo lo tuyo, siempreeeeeeeee
ResponderEliminarTú y lo tuyo sí que me encantáis, muchas gracias, preciosa por pasarte por estos lares, besos
Eliminar...ese día que cogiste por la cintura a la vida y sacaste a tu hermana,Vida, de los malos pensamientos te uniste al selecto montoncito de la gente feliz. ¡¡Qué poca cosecha!! Pequeño es el montón en el que Dios puede sumergir la mano, pero tú quieres estar en él.Yo suelo estar a menos que me tengan en la "cueva-bodega" preparandome para tal montón.
ResponderEliminarY te uniste al montón para pasear por mucho tiempo por la plaza de abasto de la vida. Pararte en un puesto y pedir cuarto y mitad de ilusión, que te echen, hasta decir basta, sueños.
De aquella orza del fondo, - qué buena pinta tiene-, que te den, sin pesar, una bolsita llena de alegría.
Antes de salir, pasa por el puesto de las flores y llévate "colores esperanza" que siempre gusta ponerle a la Virgen una flores.
Y que no se te olvide, siempre, siempre dar sonrisas, que no importa que se te gasten. En mi puesto tienes buenos deseos y sonrisas. Sabes que no cierro, sabes que para tí son cuando las quieras o las necesites. Siempre guardo por si te pasas.
De tu puesto, tomo sentires, recuerdos y buenos momentos...
También a mi me gusta pasear por la plaza y cruzarme contigo cuando comienzan los días o cuando rosada se pone la tarde.
ME GUSTA SABER QUE TIENES GANAS DE TENER GANAS DE PASEAR.
Me gusta tu puesto de palabras, sentires y recuerdos, por eso vengo siempre que puedo y me llevo lo que me dejas.
No sabes cuánta alegría me da saberte por este puestecito de palabras. Las tuyas siempre tan exactas y sin medida, por favor escribe, escríbete, que aquí estos ojos y aun sin luz, estas yemas te seguirían. gracias.
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